ExConvento de San Agustin

11 portante información pude ampliar mis conocimientos sobre la histo- ria de la fundación de este convento. No quiero terminar esta introducción sin hacer mención de las personas que, de una manera u otra, y de muy buen grado, me facili- taron datos y comentarios para la realización de este proyecto. Recuer- do a los religiosos agustinos ya fallecidos, los RR.PP. Antonio Jasso, Ricardo Tenorio y Camilo Montes, y al R.P. Jorge Paniagua y el R.P. Rubén Pérez Arzuela, y al sacristán Braulio Oviedo Castañón por sus atenciones y el permiso para las frecuentes visitas al inmueble y la libre toma de fotografías. Agradezco también al R.P. Alejandro Torres por haberme asistido con las traducciones del latín. A los párrocos Do- mingo Díaz y Guadalupe Martínez, por autorizarme consultar el archi- vo de la Notaría Parroquial de Querétaro. Al R.P. José de Jesús Oroz- co, cronista de la Provincia Carmelita, por los importantes datos que me proporcionó acerca de la iglesia del Carmen en Querétaro. Igual- mente agradezco a la arquitecta Margarita Magdaleno, entonces di- rectora del Museo de Arte de Querétaro, sus valiosas observaciones acerca del inmueble. Guardo especial agradecimiento a la doctora Clara Bargellini, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien me asesoró y me motivó en la realización de este trabajo. En especial al maestro Eduardo Báez Macías, por su atinada orientación y comentarios y al maestro Jorge Alberto Manri- que Castañeda, ambos miembros de dicho Instituto. Al historiador R.P. Luis Ramos O.P. agradezco los acertados conceptos que me tras- mitió; asimismo, al maestro Carlos Herrejón del Colegio deMichoacán. A Rocío Monserrat Barrera Tapia, mi agradecimiento por sus atinados consejos y conocimientos, tan amablemente trasmitidos. También doy las gracias a Soledad de la Vega y Ramiro Valencia quienes me pro- porcionaron algunas fotos de su amplio acervo sobre este monumento, en especial del interior de la iglesia y del claustro. En forma distingui- da, agradezco a mi esposo, Carlos A. Maigler, su apoyo, paciencia y ayuda en la transcripción de este trabajo.

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