ExConvento de San Agustin
247 alma fecundada y regenerada por los sacramentos, los cuales producen frutos espirituales con los que el hombre aspira a obtener su salvación. Los higos, en su simbología positiva, significan abundancia; los racimos de uva tienen una connotación eucarística y de conocimiento; el pez presenta una simbología cristológica, ya que es símbolo del banquete eucarístico. 119 La simbología de fecundidad y la del adecuado ajuste de lo múltiple y diverso en el seno de la unidad aparente se atribuye a la granada 120 en relación con la vida conventual y también se aplica a la Iglesia que une en una sola creencia a pueblos diversos. 121 Esta simbología pudo haber sido transferida a la piña, que es un fruto de origen americano. 122 ¿Podría la piña simbolizar el sentir criollo de los religiosos agustinos o representar a la Iglesia Novohispana? En el reverso del platón del surtidor la presencia de rostros amables alternando con rostros monstruosos, simboliza la polaridad del agua, que es fuente de vida y de muerte, a la vez creadora y destructora, 123 es decir, salvación o perdición. La arquería de cuatro arcos El concepto metafísico del claustro que representa simbólicamente la tierra y el cielo, se reitera con los cuatro arcos de cada lado de la ar- quería, cuyas arquivoltas se muestran marcadas con cuatro franjas y cuyas enjutas lucen, al centro, una vegetación paradisíaca (figura 50). El águila humildemente inclinada y con las alas extendidas represen- ta el apostolado agustiniano. En las claves de los arcos se muestran las imágenes de los santos más relevantes de la orden, quienes representan la vida religiosa activa y contemplativa, alternando con símbolos o atributos que aluden a San Agustín, constatando su orden. La serie se inicia en el lado oriente y va de norte a sur. En la primera clave está San Agustín, el fundador y llamado Gran 119 Ibid , pp. 567, 824, 1068. 120 Juan Eduardo Cirlot, op. cit ., p. 228. 121 Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, op. cit ., p. 539. 122 Leslie Colby, An Introduction to the Botany of Tropical Crops , Nueva York, Longman, s/f, pp. 178-181 y J. W., Porceglove, Tropical Crops Monocotyledone , Nueva York, Long- man, 1985, pp. 76-79. 123 Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, op. cit ., p. 54; Manfred Lurker, op. cit ., p. 512.
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