ExConvento de San Agustin

250 En las siguientes dos claves se representa un libro cerrado con bro- ches y otro, abierto. El libro es símbolo del Universo Liber Mundi y contiene el mensaje divino. Como ya se explicó, el libro cerrado sig- nifica la materia virgen. En la Sagrada Escritura se dice que el “libro de la vida” del Apocalipsis está en el centro del paraíso donde se identifica con el “árbol de la vida”; las hojas del árbol, como los carac- teres del libro, representan la totalidad de los seres, pero también la totalidad de los secretos divinos que sólo el iniciado puede abrir y escrutar. 132 El libro abierto en la clave simboliza la fecunda obra escri- ta por San Agustín, con la que refutó a los herejes. En la última clave se representa a Santa Rita de Casia (figura 53). Los atributos que porta, una calavera y un crucifijo, son símbolos de la meditación mística y de la vida ascética que practicó. Los pilares de la arquería muestran, en cada uno de sus lados, una placa en relieve en forma de un estípite, síntesis del cuerpo humano. Los hermes (figuras 60 y 61) que destacan en la parte frontal de los pilares se sostienen con un pie sobre una pequeña ménsula. Alterna- damente, unos apoyan la planta del pie y otros sólo la punta. Éstos últimos se identifican como masculinos, mientras que los que apoyan todo el pie y lucen un tocado o lienzo anudado en la cabeza se pueden considerar femeninos. En referencia a la interpretación de los hermes como masculinos y femeninos, San Agustín afirmaba que la hermosu- ra del Universo se compone y se adorna con obras creadas por Dios, oponiendo los contrarios. 133 Ahora bien, si el claustro es considerado como la prefiguración del Paraíso, implícitamente se refiere a la creación del Universo, a la del hombre y a la de la mujer. Se dice que la mujer corresponde, en la Murió pobre en bienes de la tierra, pero rico en dones de Dios. De sus escritos sólo han llegado a nuestros días 42 cartas y fragmentos de otras 49, además de diversos tratados; tres relativos al cisma de Acacio, en contra de los pelagianos; otro en contra de los erro- res de Nestorio y Eutiques, y el dirigido al senador Andrómaco, condenando los luperca- les. Su fiesta es celebrada por la Iglesia el 24 de noviembre ( Enciclopedia Universal Ilustrada Europea-Americana , Madrid, Espasa Calpe, 2001, t. XXV, pp. 1170-1171.) 132 Víctor Manuel Villegas, El gran signo formal del barroco , México, unam-iie , 1956 p. 25; también Jean Chevalier, op. cit ., p. 644. 133 San Agustín, La ciudad de Dios , op. cit ., XI, 18.

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