ExConvento de San Agustin

299 firmari, nihil moveramur, scia musque morbos materiam esse humiliatatis, patientiae, et fortitudinis illorum. (f). Es Dios inscrutable en sus profun- dos juicios. Por tres vezes pidi¢ S. Pablo al Señor, lo libertasse de unos continuos dolores, que padecia: Ter Dominum rogavit (g). Y en sentir de Nizetas, citado del mismo Alapide, eran las enfermedades de Pablo, las mismas, que mortifican á V.P. Renuum infirmitatem, et podagram (h). Assi llama el Griego al tullimiento de pies, y basas, Podagra . Y de esta enfermedad, consta del Sagrado Texto, que no quiso aliviar á Pablo el Señor, consolandolo en sus dolores, con que tenia su Gracia: Sufficit tibi gratia mea (i). Con lo qual quedó Pablo consolado, conoci- endo, que aquel tormento de pies, aquella imposibilidad de andar, era, la que lo labraba, y para Dios lo pulia: Nam virtus in infirmitate perfici- tur . (j). Por lo qual se gloriaba en su dolor, como el Acanthis en las espinas: Gloriabor in infirmitatibus meis (k). Creo, que lo mesmo haze V.P. en sus continuos, ‚ interminables dolores: pues todos admiran la paciencia, y constancia, con que, como otro Pablo, tolera los tormen- tos. Sentia Pablo, segun Cornelio, la pension de los pies, no por solo tener salud, si para dar lleno, y complemento su Apostolico empleo. Morbi magno illi fuisset impedimento, in sua predicatione, Evangelique propagatione (l). Esto era, lo que lastimaba á Pablo; y yo tengo por ciertissimo, que lo mismo mortifica á V.P. el no poder llenar el cumplimiento de su prelacia, andando los Conventos de esta dilatada Provincia. Pero es prodigio, que sin andar V.P. el curso ordinario de los demas Prelados antecessores, es tal el influxo de V.P. que no ay Antipoda en toda la Provincia, que no experimente su beneficio: pues adonde no llega la persona de V.P. alcanzan sus cartas; como allá las Epistolas de Pablo, llegaban, adonde Pablo no alcanzó. Son un qui pro quo las cartas de V. P. de su persona, porque es tal la aficacia de ella, que adonde ellas llegan, no hace falta V.P. Si el Señor conociera, que para el mejor govierno, le eran a Pablo necessarios los pies, quien duda, se los diera de Ciervo, como á David: Qui perfecit pedes meos, tanquam cervorum (m). Negó le los pies, ó la sanidad, que desseaba Pablo en ellos; y en premio le dio el Señor una gran cabeza. (Acuerdome, se lo dixe á V.P. esto mismo el dia feliz de la Eleccion: en que tuve yo la dicha, que siempre contaré en mis fortunas, de aver sido el Escrutador mayor, y por esto el fiel Acathes, que primero, que otro alguno: Primus

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