ExConvento de San Agustin

38 deán y el Cabildo de la iglesia metropolitana de México y, en Queré- taro, ante las autoridades civiles y eclesiásticas. Asimismo, se presen- tó al vicario y juez eclesiástico, don Juan Fernández de los Ríos, quien dio obedecimiento a la real cédula y al despacho de la sede vacante. El segundo domingo del mes de noviembre de 1728 “se abrió y dedicó la capilla u oratorio”. El Santísimo Sacramento fue depositado por el bachiller don Sebastián de Olivares, quien sustituyó al vicario y juez eclesiástico don Juan Fernández de los Ríos, con acompañamien- to de la curia, la Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe y con la asistencia del Cabildo secular y la nobleza. Para la fiesta de la dedi- cación de la capilla no se escatimó el gasto en fuegos, música, dulces y aguas. Como atención especial a los prelados de la Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe, se les invitó un almuerzo en el que se gastaron ciento veinticinco pesos. A partir de entonces se celebraba públicamente la misa en la capilla y los demás oficios con la asistencia de cuatro religiosos de la orden. 35 La ampliación del predio conventual ya se registra en el capítulo de 1727, cuando se decidió que fray Luis Martínez Lucio, en nombre de la provincia, recuperara el antiguo solar de San Agustín. El enton- ces propietario José Francisco de los Ríos Enriques, cuñado del bachi- ller Juan Fernández de los Ríos, aceptó venderlo en dos mil cuatro- cientos cincuenta pesos de oro común, dejando mil de ellos en censo a favor de la misma provincia. Según el avalúo, fechado el 18 de di- ciembre de 1727, en el solar había algunas construcciones que estaban en la calle que bajaba de los locutorios del convento de Santa Clara de Jesús a los trigales, y se ubicaba en la esquina que forma la calle que venía desde el colegio de la Santa Cruz hasta el convento de Santo Domingo. Por el poniente colindaba con la cerca de la casa de doña Micaela Arias de Leguisamo; por el oriente confrontaba con la del capitán Pedro García de Acevedo y con la que fue de doña Marina Marchan, teniendo la calle de los Locutorios por medio; por el sur, estaba ubicada frente a la casa que fue de Juan José de Subia, que entonces pertenecía a don Juan Andrés de Mendiola, y a la de María Amaro; por el norte pasando la calle que iba a Santo Domingo, topaba 35 asaq , Libro Primero de Gastos 1729, enero de 1729.

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