ExConvento de San Agustin
41 Los benefactores La primera capellanía a favor del convento fue la que fundó doña Josefa Martínez Lucio, hermana del padre Luis. En su testamento dejó cinco mil pesos de principal; dos mil de éstos, de rédito, deberían gastarse en el aceite de la lámpara del Santísimo, y los otros tres mil pesos, en una capellanía de treinta misas rezadas por su alma. Los cinco mil pesos quedaron en calidad de depósito por cinco años, ge- nerando un rendimiento anual que era administrado por don Pedro de Esquiros, quien había comprado la hacienda de Ixtla. 42 La madre de fray Luis Martínez Lucio, doña María de Buenrostro, declaró en su testamento “ser hermana de la provincia de San Nicolás de Michoacán de San Agustín y uno de los patronos del convento de la Cruz de Guadalajara”, fundó otra capellanía a favor del convento queretano, dotada con cuatro mil pesos de principal y doscientos de rédito anual, con el cargo de veinticinco misas rezadas por su alma, las de sus padres y de su esposo el capitán Martínez Lucio. Otros dos mil pesos más de principal, se deberían imponer a censo redimible para que, con los cien pesos de su rédito, se costeara cada año los gastos de la celebración del Jueves Santo y una misa cantada se aplicara a su alma y a las personas de su intención. Además, en la tarde después del sermón, se daría un peso a cada uno de doce pobres que hubieran asistido. Otra capellanía, fundada en beneficio de sus cuatro hijas religiosas en el convento de Santa Clara de Jesús, pasaría a la muerte de éstas a beneficio del convento agustino de Querétaro y éste se obligaría a celebrar anualmente, con sus réditos, la novena de Nuestra Señora de los Dolores siendo el último día con fiesta, misa cantada y, por la tar- de, un sermón. Todas las misas deberían aplicarse a su alma y a las de sus intenciones. El rédito de mil pesos a censo redimible de cincuenta pesos anuales destinados al beneficio de los padres priores del conven- to agustino, se repartirían, a arbitrio del prior, a mujeres y niñas pobres y a vergonzantes, el día de Santo Tomás de Villanueva, para que las así beneficiadas encomendaran a Dios el alma de doña María. El rédi- to de cien pesos más se emplearía en celebrar la fiesta, la misa y el sermón del mismo santo. Los réditos de otros mil pesos, en beneficio 42 asaq , Libro de Memorias 1728, op. cit. , f. 5v.
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