Aquel martes 12 de diciembre del año juliano de 1531, Zumárraga nunca se imagino de lo que iba a ocurrir, ni el suceso que iba a presenciar como primer vidente del momento prodigioso sobre un ayate humilde y lleno de nudos, por ser de un macehual, fue altamente bendecido al estar frente a la imagen viva de la Santísima.
Con toda seguridad esa mañana debió de levantarse a maitines para las primeras oraciones y después de un sencillo desayuno se tendría que disponer para hacer las labores, que de por si no se veían tan fáciles, dado que su primera tarea (entre otras), es la de evangelizar a varios millones de Meshicas ya en proceso de cristianización.
Tarea nada fácil, puesto que Juan Zumárraga no hablaba el náhuatl y tenia que auxiliarse de frailes traductores castellanos, ademas de lidiar aun con los cultos que estaban aun insertos en el pueblo y la cultura conquistada.
Lo anterior, al margen de seguir en la incipiente construcción del arzobispado, que lo estaba haciendo sobre lo que fue el templo de Tezcatlipoca (En la mitología mexica, fue el dios y hacedor del universo vertical y horizontal).
Como fraile franciscano y de acuerdo con su vocación y votos, la construcción del arzobispado en principio fue sencilla, el tenia un espacio para recibir a los naturales y nobles castellanos quienes aún estaban instalándose en la reciente Nueva España.
Ese espacio (conforme a los planos), tenía solo dos vanos que servían de comunicación con un patio interior, misma área que servía para el recogimiento en oración y lectura, la superficie no muy grande y sin embargo tampoco pequeña para que pudieran caber adentro 7 personas más el mobiliario, pero tenía que ser iluminada con velas.
La iluminación de las velas, es decir su luminancia, es alrededor de 2,700° kelvin, generando una luz amarilla, aunque pudiera haber tenido muchas velas, el color siempre sera amarillo, es importante recalcar esto, ya que los tonos de color varían sustancialmente en medida que son mas altos los grados kelvin (es la unidad de temperatura de la escala creada en 1848 por William Thomson, primer barón de Kelvin, sobre la base del grado Celsius, estableciendo el punto cero en el cero absoluto (−273,15 °C) y conservando la misma dimensión).
La intensidad que produjo la sagrada imagen cuando Juantzin Diegotzin abrió su tilma fue altísima, ya que la luz aportada en sí, supero en gran medida los ° Kelvin de las velas, dando la luz del día que son 5,300° Kelvin en el interior del espacio donde despachaba Juan Zumárraga, es como si te pusieran un reflector delante a tus ojos hoy en día.
Entonces, las pupilas de la Santísima Virgen tuvieron una dilatación instantánea y una contracción, cuando se dilataron, es que fueron impresas en la córnea las imágenes de quienes estaban frente a ella y por el efecto de Purkinje de Bélgica y Sansón de Francia se comprobó el mecanismo natural de los ojos.
Con el auxiliar de un sistema digital y exponiendo la imagen a diferentes valores de ° kelvin de color y haciendo uso de la cromaticidad correspondiente, las pupilas están expuestas, nótese que ambas son diferentes en tamaño, dado la perspectiva de la imagen que se encuentra girada 9° con respecto a la horizontal.