La jerarquía angélica. Visión sexta del libro del Scivias. Códice de Wiesbaden. Facsímil de 1927.
La Trinidad en su íntegra Unidad, Scivias, visión II, 2.
De las obras religiosas que escribió Hildegarda, destacan tres de carácter teológico: Scivias, sobre teología dogmática; Liber vite meritorum, sobre teología moral; y Liber divinorum operum, sobre cosmología, antropología y teodicea. Esta trilogía forma el mayor corpus de sus obras y pensamiento.
El nombre Scivias es una forma abreviada del latín «Scito vias Domini», que significa «Conoce los caminos del Señor».
Esta obra fue inspirada tras una visión que tuvo a los cuarenta y dos años de edad, esto es, hacia 1141, en la cual aseguraba haber asistido a una teofanía que le ordenaba escribir lo que percibiera:
Oh frágil ser humano, ceniza de cenizas y podredumbre de podredumbre: habla y escribe lo que ves y escuchas.Scivias (Protestificatio)
Dividida en tres libros, en esta obra describe las veintiséis visiones que tuvo, las cuales se encuentran ilustradas en los manuscritos conservados, sirviendo de alegoría y medio de explicación de los principales dogmas del catolicismo y la Iglesia de una manera más o menos sistemática. Tras la descripción de cada visión cargada de un complicado simbolismo, la voz celestial pasa a explicar su significado. De esta manera recorre los temas de «la majestad divina, la Trinidad, la Creación, la caída de Lucifer y Adán, las etapas de la historia de la salvación, la Iglesia y los sacramentos, el Juicio Final y el mundo futuro»
El Libro de los méritos de la vida, cuyo título completo es Liber vite meritorum, per simplicem hominem a vivente lucem revelatorum, fue escrito entre 1158 y 1163. Es una obra de carácter moral en la que, partiendo de la visión de Dios como un hombre cósmico que sustenta y vivifica al universo, Hildegarda llegó a una exposición de los principales vicios espirituales y sus virtudes opuestas.
Esta sistematización hace corresponder aspectos naturales del mundo y del hombre con las pasiones del alma humana.
Dicha visión está explicada a lo largo de cinco libros y se complementa con un sexto que detalla la descripción de las penas que en la otra vida corresponderán a cada vicio. De esta manera, el Liber vite meritorum deviene en un catálogo de treinta y cinco vicios, descritos bajo la figura simbólica de seres alegóricos conformados de partes de bestias y humanos.
El trabajo ofrece una de las primeras representaciones históricas del purgatorio cristiano, donde cada alma debe expiar sus deudas antes de ascender al cielo. Las descripciones dadas sobre los tormentos a sufrir son a menudo grotescas y terribles, enfatizando el cariz moralizante de la obra como una guía de conducta y de virtud
El Liber divinorum operum o Libro de las obras divinas fue creado entre 1163 y 1173, siendo Hildegarda ya sexagenaria. Es la descripción de diez visiones, en donde realiza una cosmología que estructura al universo en correspondencia con la fisiología humana, y que convierte los actos del hombre en paralelos a los actos de Dios, mediante su cooperación activa en la construcción y orden del cosmos.
Así, desarrolló también una explicación del quehacer creador de Dios, centro del universo, que se desenvuelve en el tiempo humano teniendo su manifestación en la naturaleza del mundo y en la historia, con su máxima expresión en la encarnación de Cristo, Verbo divino.
Otra de sus principales obras es la creación de su Lingua ignota, primera lengua artificial de la historia, por la que fue nombrada patrona de los esperantistas.
Dicha lengua fue expuesta en su escrito Ignota Lingua per simplicem hominem Hildegardem prolata, que ha llegado hasta el presente integrada con otras obras en el Riesencodex, en sus folios 461v–464v, así como en el de Berlín, folios 57r–62r.
La obra es un glosario de 109 palabras escritas en dicha lengua con su significado en alemán, incluyendo el de algunas plantas y términos usados en sus obras médicas.
En ambos manuscritos también se encuentra una pequeña obra conocida como Littere ignote (Letras desconocidas), en la que presenta veintitrés nuevas letras, constituyendo un alfabeto hasta entonces desconocido, que si bien tienen cierta semejanza con los rasgos del alfabeto griego y hebreo, no se considera que Hildegarda haya intentado emularlos.
Se ha propuesto que su creación fue de carácter místico, tal vez una especie de glosolalia1. No obstante, muchas de las palabras de dicho lenguaje parecen tender hacia un interés científico. Pero no hay un motivo claro del porqué de su creación.
1 Don de lenguas, capacidad sobrenatural de hablar lenguas.
La jerarquía angélica. Visión sexta del libro del Scivias. Códice de Wiesbaden. Facsímil de 1927.