Albert no fue judío nunca, en todo caso fue un descendiente de padres israelitas, cuanta ignorancia hay en muchos que leen que son judíos los que viven en el país de Israel, en ese país hay varias casas jacobinas ahora y después de 1948 están todas juntas en un solo estado.
Judío se llaman aquellos que descienden de la casa de Juda (primogénito de Jacob y que es donde se encuentra Jerusalén), como lo fueron David, Salomón y el propio Dios Santísimo Yashua, asi que, judío es un adjetivo que se refiere a una persona que es hebrea, que practica el judaísmo o que es originaria de Judea.
Los que descienden de las otras casas son israelitas-hebreos.
El punto aquí es que, Alberto fue muy alabado en su tiempo por su famosa teoría de la relatividad, misma que tiene un profundo significado de lo material y lo subjetivo que debe de tener el humano, - según esta teoría -, ya que todo es tan relativo, que hasta una mayoría de sacerdotes católicos la profesan, ya que creen (muchos de ellos), que Dios es relativo a lo que se vive.
La famosa ecuación e=mc2 que lo catapulto a la fama mundial e histórica en el mundo material, donde para encontrar la energía debe de multiplicarse la masa del objeto por la velocidad al cuadrado, esta resolución raya hasta en lo relativo que puede ser el inframundo y sus avernos, mismo concepto que tiene ahora una persona que se viste de blanco y trae solideo del mismo color, y donde este ha pronunciado que es relativo que NO exista el infierno, propagándole a sí mismo una herejía que es tan marcada como el mismo judaísmo más rampante, religión que no cree tampoco en el infierno.
Contrario a esa ecuación demoniaca y por demás maléfica (esto por todo lo que ha provocado su desarrollo), se encuentra la ecuación divina que, en lugar de la masa molecular de cualquier cuerpo físico, se encuentra la atomicidad cósmica de la luz, que aunque no tiene peso molecular, si que lo tiene en peso nano-atómico-cuántico, claro que si existirá un aparato para cuantificar este dato que, una vez obtenido, debe de multiplicarse por la unidad de Potencia divina y el resultado debe de ser elevado a la tercera potencia en su infinito superíndice, como un número cuántico, irracional e infinito como lo es el valor de π (pi).
Y una vez obtenido el dato, se invierten los factores para tener la cuantificación de la luz, esta misma que se implanto en la presencia de Adán, donde está la esencia y la potencia reunidas, haciendo con ello la creación más perfecta del universo, ya que ni los mismos serafines, que son los ángeles más cercanos a la luz divina y celestial lo tienen.